“Fíate sólo de tu propia experiencia”, me aconsejé hace mucho tiempo. Era el único sabio consejo que podía darme entonces. Y fue ahí cuando empezó todo…

12 de agosto de 2012

Blue Moon

Tristeza.
Depresión temida y comprendida.
Hoy los árboles crecieron muertos,
cuyas ramas pútridas sepultan la mirada de un efímero Ayer.

No es tristeza, sino melancólica fiebre relativa...
Fruto de esperanzas basadas en engaños,
o en engaños basados en tan ciertas esperanzas.

Hoy la Luna es azul como el Mar,
saluda a quien la mira,
y mira a quien en silencio la escucha...

Todo fue culpa de un juego.
Culpa del jugador,
culpa del que tan y tan culpable se siente.
¿Qué temor aspira regresar,
a quien del recuerdo la cura insta en entregar?
O más bien, ¿qué sentido tiene la angustia,
ante tan afamada pregunta,
fruto de mera obsesión?

Si uno no despierta,
el despierto vuelo del mañana aterriza en el despertar continuo,
d'ese que sigue durmiendo y bostezando tanto.

Tristeza o más bien,
melancólica fiebre relativa,
relativa al paisaje,
al contexto,
otorgándose-le un sentido,
a este viaje no-tan-lúcido...