ocultan tu verdad.
La Gran Verdad,
de que no hay luz;
no, no hay luz sin oscuridad.
Y así me mezo entre tus tinieblas,
sin querer hacerte despertar.
Es conveniente para mí (ti),
que hagamos a este puzzle difuminar.
Pues entre tanta rama,
entre tanta niebla,
te veo,
en tu magnificencia.
No reclames, pues, más…,
…cuando todo siempre obtendrás.
¿Qué serías tú sin mí…
…que la vida te repliego con humildad?
¿Qué osarías ante esto decir,
…si sabes que no hay mayor verdad…
…que la que late en mi corazón,
mi oscuro y tenebroso corazón?
Así, la Gran Verdad espera,
a todo aquel que con respeto la vea.
Y, cuidado con alterar,
el flujo natural:
Cuidado con despertar
y creer sabida la realidad.
Realidad es ilusión,
tanto como ilusión es realidad.